-Perfecto- dice el capitán mientras se levanta de su camarote en una incómoda cabina y camina rumbo a la sala de maniobras.
Allí un grupo de científicos lo esperaban en una inmensa sala con una ventana gigante oscura, reforzada por acero que mostraba el profundo océano.
-¿Qué tenemos señores?-
-Capitán- dijo una mujer de lentes y cabello recogido:
La estructura es más grande de lo que pensamos, cubre más de 50 kilómetros entre torres, plazoletas y columnas, pero eso no es todo, existe un portal de piedra tan grande como un edificio de 50 pisos…
-ilumínenlo- ordena el capitán- ante lo cual la mujer oprime un botón y enciende las luces de navegación, dejando ver la inmensa puerta de piedra cubierta por inscripciones y jeroglíficos en el fondo marino.
Un silencio tenso invade la sala, mientras el submarino desciende iluminando la gigantesca puerta que lo hace parecer diminuto a su lado.
De repente el capitán ve un símbolo extraño: un hombre mitad pulpo, mitad humano con un tridente en su mano derecha, sus ojos quedan paralizados mientras con terror exclama: - ¡preparen la jaula! lo hemos encontrado-.
Por Renzo Corredor