martes, 11 de octubre de 2016

Hacienda Carmesí (primera parte)



-¿Y cuando lo haríamos?- pregunto mi tío con rostro asombrado, imaginando que se volvería millonario.

-No se tío- exclame,- pero me dijeron que hay una bruja en el pueblo que nos puede ayudar a encontrarlo.

La noche llego y la mujer delgada, envejecida con manos frías y vestido negro arropada por una chaqueta de plumas llego con su yegua cargada con maletines extraños,  al bajarse decidió caminar lentamente hasta la hacienda de mi tío en la colina, pero se detuvo un momento... en su mirada parecía haber una mezcla entre miedo y admiración.

¿pasa algo? le pregunte

No nada, solo que me pareció conocida esta hacienda.

Si es muy vieja dicen que fue construida por el Coronel Marroquín en la época de la violencia y que mientras él hacia festejos para los políticos de la región, en el sótano torturaban a los opositores de forma terrible.

-si eso denoto por el aroma a flores muertas-dice la mujer

-¿el aroma?- pregunte inquieto.

-si,... cuando un espíritu sigue atado por un dolor que va mas allá de la muerte, expide un aroma dulzón de flores de entierro, deseando algún día ser sepultado.- contesto de forma pausa y triste la bruja.

Caminamos lentamente mientras el sol se ocultaba entre las montañas, y pude ver que mi tío se asomaba al inmenso balcón, mientras prendía las luces de la casa y los perros no paraban de ladrar.

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