¡Aquí todo el mundo lo sabe no es un secreto, por eso debemos acabar con ese maldito!,
-¡Vamos ¿qué les pasa? - grita un hombre al fondo de la sala que estaba repleta de gente mientras afuera la lluvia no paraba de caer.
y continuo:Todos sabemos que él nos salvo la vida cuando llegamos naufragando en nuestras pequeñas barcas a las playas de su isla...
y ahora que ¿simplemente lo matamos?
-No nos queda de otra- exclamo una vieja mujer-
-Él encarna el mal y por su culpa no para de llover desde hace 2 meses, ya mi carne se pudre bajo esta maldita humedad-
Y así hombres, mujeres y niños caminan bajo la lluvia hasta que llegan a la inmensa cabeza enterrada en la arena de aquella playa, tan grande como una casa.
El gigante los mira con tristeza mientras ve cómo sus huéspedes apuntan sus flechas con fuego hacia su cara.
Por Renzo Corredor
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